Creo que la novela va a sorprender a
mucha gente porque aparentemente no se parece en nada a las anteriores. Es una
novela mucho más trabajada y creo que es mi mejor novela. He perdido la
frescura y la inocencia del principio, pero he ganado en habilidad narrativa y
en capacidad de construir personajes. Solo a partir de los cuarenta años puedes
hablar de temas tan complejos como las relaciones de sumisión y dominación. La
documentación que se me exigía para tratar historias reales y llevarlas a mi
terreno también exigía mucho trabajo. Casi todo lo que cuenta la novela ha
pasado en la realidad, y para
entender qué había movido a las víctimas a inmolarse por propia voluntad tuve
que hacer mucho ejercicio de instrospección, y de ponerme en el lugar del otro.
2.- Hay una
sensación de novela-dique: hay una gran contención de las emociones en los
personajes, los terremotos son interiores. Callan más de lo que cuentan. ¿Hay
ahí una búsqueda propia del silencio, incluso narrativo?
Por algo se llama
“ El contenido del silencio” porque hay mucho más en lo que no se dice que en
lo que se dice. Pero creo que eso también pasa en la vida misma. La clave que
define a cualquier individuo, a ti, a mí, al lector que lee esta entrevista, es
su secreto más íntimo, aquello que no quiere revelar.
3.- Están
presentes en el libro temas que han ido apareciendo a lo largo de tu obra: la
complejidad de la identidad sexual, la relatividad moral en las relaciones
afectivas de cualquier tipo, la huida física que se convierte en viaje
interior... ¿Dirías que
esta novela compendia mucho de tu trabajo anterior? ¿Crees que hay algunos
conceptos que has revisado en estos años?
Yo no “reviso”
conceptos de una forma consciente. Yo saco a la luz mis obsesiones y trabajo
sobre ellas. Pero eso lo hace cualquier artista que se precie de serlo:
Almodóvar, Chabrol, Javier Marías, Margaret Atwood… Dame el nombre que quieras
de un autor que tenga una trayectoria larga y sólida y verás que sus temas se
repiten.
4.- A diferencia
de otros libros tuyos, aquí las relaciones sexuales son bastante elípticas
(creo que hay una eyaculación en 400 páginas), o incluso no llegan a darse.
¿Esa mirada más desenfocada del sexo indica una etapa de menor vulcanismo
sexual en tu obra?
Ni idea. En la
anterior novela “ Lo verdadero es un momento de lo falso” había muchísimo sexo,
en descripciones muy detalladas pero a la vez muy poéticas. Aquí es cierto que
solo hay una escena… La respuesta al por qué debería dártela un psicoanalista.
5.- Tras la
lectura de esta novela uno tiene la sensación de que palabras como bisexual,
heterosexual, homosexual... resultan imperfectas porque hablan de sexo en lugar
de hablar de afectos. Lo que une a Cordelia y Helena es mucho más complejo que
eso. ¿Se nos ha quedado obsoleto el lenguaje?
Cordelia y Helena
son dos personas que han vivido traiciones serias en su familia y que deciden
construirse una familia alternativa. Su relación es de hermanas. Y en un momento dado deciden
incluir a Martin en su
familia. En cuanto a las relaciones que mantienen el resto de los personajes
son más bien relaciones de sumisión y dominación que de amor. Heidi, la líder
de la secta, seduce a Cordelia desde la manipulación, igual que Patricia a
Gabriel. Solo el amor que
Gabriel siente por Helena me parece puro: es un amor que no exige nada de
Helena pero que está dispuesto a dar mucho por ella.
6.- Un asunto que
es marca de la casa son las relaciones a tres. Esta es una novela llena de
triángulos emocionales: Heidi-Cordelia- Ullrike Helena-Cordelia-Gabriel Helena-Cordelia-Martin Gabriel-Helena-Patricia Gabriel-Helena-Virgilio... ¿Las relaciones entre dos, son
demasiado aburridas?
De hecho, uno de
los primeros títulos iba a ser “ Una historia de misterio y triángulos” . De
nuevo, la respuesta a esta obsesión la debería dar un psicoanalista.
7.- En un cierto
momento, se hace un paralelismo entre la manera en que opera una secta
-absorbiendo y asilando a la persona- y la forma de actuar de la dulce novia
formal de Gabriel... ¿hay más sectas a nuestro alrededor de las que están
tipificadas legalmente?
Bueno, yo
considero que La Cábala, La Cienciología, Los
Kikos, los Legionarios de Dios y el Opus Dei
actúan como verdaderas sectas y sin emebargo a nivel legal no lo son. Yo creo
que en el concepto original de secta como “ conjunto de seguidores que siguen
CIEGAMENTE a un líder” lo importante de la definición es el adjetivo:
ciegamente. En la novela se hace un paralelismo entre la relación de Gabriel
con su novia, la de Virgilio en el marco de su secta ultracatólica, la de
Cordelia con Heidi, y la de los seguidores del Tercer Reich. En todos los casos
un individuo es manipulado para que reniegue de sí mismo y se entregue
“ciegamente”. Creo que determinados partido políticos en nuestro país ya
empiezan a actuar como sectas, la verdad. Pero en la novela lo que se intenta
explicar es de qué manera una persona puede manipular a otra para anular su
voluntad y su personalidad.
8.- Patricia
representa el matrimonio convencional. Una chica almibarada, tirando a
pegajosa, que anula a Gabriel. ¿Es el matrimonio clásico la peor opción de vida
posible para realizarse uno plenamente?
Me parece que sí.
El matrimonio, a la manera clásica, se entiende como una relación de
dependencia y obligación, incluso legalmente hablando, con lo cual se entiende
que los dos cónyuges están ahí porque “deben estar” no porque deseen estar. No
en vano la etimología de la raíz latina de “conyuge” significa “uncido por
un yugo”
La
dependencia puede es el
principal enemigo de la felicidad, de la plenitud y de la posibilidad de
autorealización. Pero hay
muchos que, como Gabriel, eligen instalarse en relaciones de dependencia
porque, como Gabriel, desean
mantenerse bajo la custodia protectora de otra gente y recibir los beneficios
que reciben los niños pequeños porque no son responsables de su propio
comportamiento. O porque así pueden
culpar a los demás de sus propias deficiencias. O porque no habrá necesidad de
que tomen decisiones ni hagas elecciones por sí mismos. Sigues el modelo que te
presenta tu padre o madre, tu cónyuge o el líder de tu secta o de tu partido:
Mientras pienses lo que ellos piensan y sientas loque ellos sientan, no habrá
necesidad de determinar lo que tú sientes o piensas. Simplemente es mucho más
fácil ser uno de los que siguen que ser un líder. Siempre será más
sencillo que correr todos los riesgos que implica el ser tu propia persona.
9.- Tampoco sale
muy bien parado el estamento eclesiástico. Al final hablas de personajes como
Maciel. ¿Debería un individuo siniestro como Maciel haber ido a la
cárcel?
Por supuesto que
debería haber ido a la cárcel y es una vergüenza para el Vaticano que un
pedófilo que abusó de sus propios hijos y de numerosos seminaritas , un
polígamo ( se casó tres veces con tres mujeres diferentes) , un estafador (
tenía cinco pasaportes con cinco nombres diferentes) y un ladrón ( le dejó a su
primera mujer un capital de diez millones de euros y a la otra seis millones de
dólares que había malversado de las donaciones hechas a Los Legionarios para
obras benéficas) muriera en una urbanización de lujo, rodeado de
comodidades. El paralelismo
que se establece con Otto Muehl, el líder de la secta de El Cabrito ( una de
las historias reales en las que se basa esta novela), que al final acabó en la
cárcel cuando se probó que abusaba de menores es evidente: el Vaticano actúa en
paralelo a la ley, y protege a los suyos. Y conste que yo he sido católica
ferviente, pero me aparté de la Iglesia precisamente por temas como éste. Aún
así, sigo sintiendo enorme simpatía por los jesuitas, los teólogos de la
liberación y otros católicos que aún se esfuerzan por vivir el mensaje original
de Cristo.
11.- Y de toda la
cuestión de los nazis y su presencia nunca del todo clarificada en España,
especialmente en canarias... ¿qué es lo que más te ha sorprendido al
documentarte para la novela?
Yo siempre
había sabido lo de la presencia nazi en Canarias, como lo saben todos los
canarios. Creo que será el lector el que se sorprenda cuando sepa que por lo
menos hubo cien mil asesinos nazis que se retiraron a vivir en España con la
complicidad y el apoyo del Gobierno Español, y cuando descubra la extraña
historia de la casa Winter, real pero muy poco conocida por los peninsulares.
12.- ¿Hay dos
Lucía Etxebarría: la mujer social ruidosa que llama la atención allá por donde
pasa y la mujer vuelta hacia adentro que busca el silencio en lugares como
Fuerteventura? ¿O son la misma?
Más quisiera yo
que llamar la atención por dónde paso, la verdad. No me veo así para
nada. Para escribir ( y no
digamos ya para escribir una novela tan introspectiva y tan larga) se requiere
mucha concentración, mucho silencio.
13.- Si son la
misma una y otra... ¿no hay tensiones internas entre ellas? ¿La dualidad no
implica una lucha permanente y un riesgo de insatisfacción?
Ojalá solo fuera
dualidad. Yo tengo miles de mujeres viviendo dentro de mí. Y sí, soy una eterna
insatisfecha, pero me siento insatisfecha de estar insatisfecha, lo que
significa que me estoy quitando.
14.- En el
desenlace del libro muestras el final de los hilos, pero no los atas. Es un
final muy coherente... ¿pero no te tentó dejar las cosas algo más “arregladas”?
Si hubiera dejado
las cosas más arregladas, es decir, si hubiera acabado con una historia de amor
convencional, hubiera hecho una novela quizá más comercial, pero nada
literaria. La literatura plantea preguntas, no debe dar todas las respuestas
cerradas.
15.- Dice Gabriel
al final una frase rotunda que suena a aprendizaje de vida: “Cuando todo se ha
perdido, todo se ha ganado”. En estos 15 años que han pasado desde la
publicación de “Amor, curiosidad, Prozac y dudas... ¿qué crees que has perdido
y qué has ganado?
He ganado once
kilos y he perdido un padre.